11 may 2010

De los nombres de España

Iberia, Hispania, Al Ándalus, Sefarad son denominaciones con las que en diferentes momentos históricos se ha identificado al territorio peninsular o a parte sustancial de él. Son de sobra conocidos los vocablos que han derivado de ellas, pero quizá no tanto sus orígenes; de hecho todas plantean problemas y los estudiosos del tema han proporcionado diversas hipótesis, pocas de las cuales son indiscutibles.

En el S. V a.C. en las Historias de Herodoto aparece por primera vez el término Iberia para designar a la Península, los griegos lo usaron siempre en lo sucesivo. En consonancia con esto, iberos serán los que habitaban el territorio, no como hemos creído tradicionalmente un pueblo autóctono antagonista de los celtas invasores; según algunos indicios no hay diferencias genéticas entre ambos grupos ni fronteras culturales definidas, quizá porque se trate de dos oleadas de las mismas gentes. En todo caso hablaban lenguas que han dejado rastros escritos (más de dos mil inscripciones) que se leen razonablemente bien, pero que no se entienden porque no dejaron lenguas herederas y si, como dicen algunos, el vasco lo es ha debido sufrir demasiados cambios. Viene esto a cuento porque, según una teoría plausible, en lengua ibera el prefijo ib significaba río (como wad en árabe), los griegos lo oyeron de los indígenas y lo tomaron por nombre propio, de ahí que localizaran a varios ríos con el nombre de Iber (el Ebro, que aún lo conserva, pero también otros como uno en Huelva que parece ser Río Tinto), el caso es que la región del río Iber fue llamada Iberia (primero sólo una pequeña zona en el suroeste, después toda la Península) y a sus habitantes iberos.

Las costas mediterráneas de la península experimentaron también la colonización de semitas: fenicios, más tarde trasmutados en cartagineses. En lengua fenicia está documentado el término i-spn-ya en inscripciones muy antiguas, en el que el prefijo i significaría isla o costa, el sufijo ya región y la raíz spn conejo; el resultado es que si esta teoría es correcta Hispania significaría costa o tierra de los conejos. Curiosamente está ampliamente constatada la abundancia del roedor en estas tierras en la antigüedad (Catulo se refiere a Hispania como península cuniculosa, de cunículus, conejo). Para J. L. Cunchillos y J. A. Zamora, que han estudiado comparativamente las lenguas semíticas antiguas, la raíz spn está en relación con el trabajo de los metales, por lo que i-spn-ya debería traducirse por Costa de los forjadores, compatible con lo que conocemos de la época y la tierra. Trigueros, lingüista del XVIII, aportó la idea, según otra acepción de la famosa raíz, de que podría significar Tierra del norte (desde África la costa andaluza queda al N). Existen otras hipótesis, pero éstas de origen semita, en cualquiera de las versiones descritas, parecen la más fundadas. Los romanos, que entraron en la Península de manos de los cartagineses, adoptaron y difundieron el término; de él deriva España.

A partir del S.VIII d.C. aparece el término Al Andalus, acuñado en árabe para la Hispania islámica. Tradicionalmente se ha dicho que derivaba de una supuesta Vandalucia aludiendo a los germanos (vándalos) que estuvieron asentados en Andalucía por corto tiempo, hipótesis que hoy no se sostiene. Otros han sugerido que procedería de landalhaut, que en lengua germánica significaría sin tierra, aludiendo a los godos que se asentaron en las propiedades de los terratenientes hispanos. La idea más sugerente y hoy más firme es la de Vallvé que ha encontrado textos árabes antiguos en donde se designa a la península como yazirat al Andalus, con el significado de isla o península del Atlántico o Atlántida, en relación con el mito platónico, de donde resultaría que la denominación árabe es la más griega de todas.

No menos clásicos fueron los judíos al llamarla Sefarad (de donde sefarditas o sefardíes, denominación de los descendientes de los judíos expulsados por los RR.CC. en el S. XV), porque la secuencia de la gestación de la palabra puede ser Sefarad < Sparad < Sperid, de Hespérides o jardín de poniente, mito griego cuya localización estaría en el extremo occidente del mundo entonces conocido, es decir, en Andalucía.

Llaman la atención dos cosas: 1) que cualquiera de los nombres que ha tenido España ha nacido en Andalucía; 2) que la olla que es el Mediterráneo ha cocinado elementos semitas y clásicos en un guiso exquisito y complejo, del que ahora nos esforzamos estúpidamente en separar los componentes.

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Mapa del Golfo de Cádiz según la descripción de Estrabón. Para editarlo junto con una amplia explicación, aquí.

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