6 oct 2015

La izquierda, el independentismo y el caganer

El cabeza de lista de la candidatura que lideró Podemos en Cataluña para el 27S había votado Sí - Sí en la consulta del 9N no porque fuera independentista sino porque ‘se lo pedía el cuerpo’. Hay otros izquierdistas que lo hicieron no porque fueran nacionalistas sino por ser independentistas. Parece que la casuística es amplia y yo que, según parece, sólo conozco a la izquierda trasnochada, voy descubriendo los casos poco a poco, la imaginación no me da ya para mucho.


Que te lo pida el cuerpo parece a primera vista una razón de peso, bueno quizás ‘razón’ no sea la palabra porque lo que caracteriza a estos impulsos es que no pasan por ahí. El cuerpo te suele pedir rascarte, beber agua fresquita, evacuar líquidos o sólidos, en fin, cosas por el estilo, pero nunca se me había ocurrido que también la respuesta en un referéndum. Sin embargo, el camarada Rabell, que así se llama el del cuerpo peticionario, se ve que alcanza sus decisiones en una especie de movimiento reflejo o apretón intestinal. Un auténtico caganer de la política. Parece, según todos los indicios, que la ciudadana Colau entraría también en esta categoría.

El otro caso, el de los independentistas no nacionalistas, me parece igualmente digno de admiración. Dicen que en la CUP hay muchos de estos. Son radicales de izquierdas que reniegan del Estado y del capitalismo y que piensan, digo yo, que escapando con un trocito harán menos barullo y tendrán más chance. Lo que pasa es que cuando el trozo sea independiente y florezca como Estado… y capitalista (que se sepa no hay otra cosa en el horizonte) tendrán que escapar también de él, con lo que se convertirían en escapistas a perpetuidad. Perdonadme si me hago un lío pero es que nadie me lo explica. Evidentemente tengo que asistir a más asambleas y dejar la coartada de la edad y la artrosis.

Luego están los izquierdistas nacionalistas independentistas (ERC). Estos según se asegura votaron la doble afirmación por coherencia. En realidad ocurre que ya estamos acostumbrados a ellos y por eso nos parecen normales, pero si hay alguna coherencia entre izquierdismo y nacionalismo que venga Dios y lo vea (es un decir). A mí me suena a oxímoron, como marxista cristiano o, siguiendo a Pío Baroja, inteligencia militar y Pensamiento Navarro1.

La derecha ha encontrado el modo de afrontar el nacionalismo sin recurrir a la caspa franquista ¿Para cuándo un descubrimiento similar en la izquierda? En mis tiempos los izquierdistas defendíamos el derecho de autodeterminación para vascos y catalanes (hoy le llaman ‘derecho a decidir’), pero estábamos seguros de la mayoría de noes en una eventual consulta. Ya sé que era una actitud tramposa, pero es que no hay nada más fácil de engañar que la conciencia propia, sea de izquierdas o de derechas, y no hay político profesional o amateur que, teniendo la oportunidad, se resista a engañar, aunque sea a sí mismo.
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1 - El Pensamiento Navarro era un periódico de la época que a ojos del escritor brillaba por su estulticia.